Historias del corazón. Parte I

Hoy les voy a contar una de dos historias muy terrorificas que tengo que contarles.

La primera ocurrio en el verano del 2003 (creo) mientras tomaba clases de verano (suena lógico?) de Cálculo Financiero.

Esta historia ya se las estaba debiendo, no se si se acuerden que hace un rato en un post muy polémico, como esos que siempre escribo, hubo una plática con el joven Peyotiux sobre camisetas mojadas y así y creo que todos merecen saber el chisme completo.

Bueno, pues el compa Peyotiux es el único de los amigos imaginarios que me conoce en la vida real, también mi novio me lee a veces pero el no comenta ni nada de eso; y él (Peyotiux) fue testigo de todo.

Resulta que era una linda y calurosa tarde de verano, estaba yo tomando mis clasesitas sola por que mis amigas son mayores que yo y ellas estaban ya llevando auditoria; me iba rebien en la clase, era una ñoñis de las que terminan rápido y contestan las preguntas del profe, el Peyotiux también sabia, pero él era medio margaro y no nos hablamos nunca. Jajaja No te creas; bueno, solo un poco.

Ok, ya al punto! Lo que pasó fue que un día nos cambiamos de salón al centro de computo, y yo era una zorrita medio geek-matadita con mucho tiempo libre que ocupaba en la lectura y siempre cargaba además de mi cuaderno, con como 7 libros de la biblio, folders, copias, apuntes y mil cosas más; pues me levante y recogí todo mi mugreral.

Llegamos al centro de computo, deje todo lo que traía, platique con unos weyes de Benedetti, un libro o algo asi y cuando me disponia a trabajar al fin, busco mi calculadora y …… fuck, fuck, fuck! Había dejado mi bolsa en el otro salón! Y osea, en el edificio C, thank you!

Claro que me puse histérica, por que ahí traía no solo mi “valiosa” calculadora de 15 dlls del Wal-Mart, nonono eso era lo de menos! sino mi maquillaje, mi celular nuevecito precioso, mi cartera suuuuuper nais que me había regalado una tía (hermana de mi abuela) que siempre me da regalos super lindos por que es del lado nice (ellos si son nice no nais) de la family; bueno, ahí traía pues dinerito, mis credenciales, mis tarjetas! Mil cosas!

Así que salí corriendo por ella, con lo que no contaba es que estaba lloviendo pero asi super mala onda, osea, tipo lluvia veraniega selvática o algo asi; osea en Juárez nunca llueve! Y ese día estaba lloviendo bien mamón. Ni modo, así me fui a buscarla y ya no estaba!!!!!!!

Osea, mugre gente de baja calidad moral que hay en todos lados; osea, de que les sirve ir a la escuela??

Anyways, yo estaba taaan preocupada por mi bolsa, con mi maquillaje, celular y cartera nais que no me di cuenta que el vestidito que traia se hizo transparente con el agua. Por que osea, me empape! Osea, mal plan, chorreaba!!!

Y así me regrese toda derrotada al centro de computo, donde por cierto tenían el aire prendido y estaba muuuy frío, más tomando en cuenta de que estaba empapada. Asi que imaginense!

Ah, un dato más, no traía brassiere! Jajajaja, no se por que no me puse ese día; pero ps si hace sentido, yo creo me dio calor y pues bueno, era un vestido de tirantitos y los brassieres strapless nunca me han parecido muy comodos, además mis senos son firmes y todavía puedo permitirme esos “lujos”.

Anyways, fue vergonzoso y dice Peyotiux que hasta el profe me dijo que me fuera por que los estaba poniendo nerviosos a todos (yo no me acuerdo de eso, solo que me “invitó a retirarme”), y osea, a mi me dio verguenza por llegar mojada, pero como que hasta después de haber desfilado por media escuela así y cuando ya me salí, me di cuenta de que estaba toda transparente!!

Y era un vestido tan bonito, de algodon, de cuadritos rositas y blancos y unas florecitas bordadas en el escote. Yo era así de cute!

Bueno, yo había vivido en una burbuja todo este tiempo hasta que Peyotiux me lo recordó y me dijo que todos me vieron todo (eso yo no lo sabía) y que fue recordada hasta mi ultimo semestre de uni !!

Ayer me vine enterando de que el amigable tipo de la clase de Formulación y Evaluación de Proyectos de inversión que era adjunto del profe, era uno de los que lo recordaban y yo tan nais que me portaba con él aún cuando a veces no sabía explicar!

Ahora que sé que la bola de maleantes economistas dijeron tantas guarradas a mis costillas (bueno, un poco más arriba) y que según piensa Peyotiux “muchos se tejieron chamarras en la noche después del incidente” el sentimiento de “ay que pena” vuelve a renacer en mi. Snif!